Zeta Bosio "Soda Stereo es algo que existe"
"Soda Stereo es algo que existe"
Después de la vuelta del trío, el bajista sigue su camino como productor, dj y conductor de "Rockroad", el programa que lo pasea por los grandes festivales.
Ahora que Cristina K pide que no se persiga a los drogadictos. Ahora que Peter Capusotto entiende que todas las canciones hablan del faaaaaaaso, Zeta Bosio pregunta cuál es el tema de Soda que tiene un porro en el medio. Respuesta: Paseando por Roma. Léase y dígase: Paseando porro ma.
Paseando por Nyon, mejor dicho, Zeta es un ser anónimo. "Acá la fama no existe", sonríe aliviado. La cantidad de personas reunidas en cada jornada del Festival Paléo nunca supera la de ninguna fecha de la gira que Soda terminó de hacer el año pasado. Ahora, gorrita, anteojos y remera sin mangas, se mete en todas las carpas buscando notas para Personal Rock Road, el programa que hace cuatro años lo tiene visitando los festivales de rock más importantes de Europa. "La idea tiene un arrastre que viene de los días de Soda. Antes de grabar Signos (1986) nos planteamos el desafío de convivir en unas vacaciones. Los tres más el Zorrito (Von Quintiero) nos fuimos a España, Francia, Inglaterra y Nueva York. Alquilamos un auto, vimos muchos shows y la pasamos genial. Por eso, en el programa tratamos de trasladar la idea de lo que es una banda en gira, contado por una persona que vivió eso".
La segunda mitad de los '90, Bosio se recluyó voluntariamente para hacer de sostén familiar en la recuperación de su hijo Simón, luego del accidente donde perdiera la vida otro de sus hijos, Tobías. Hoy Simón es el virtuoso guitarrista de Armant. "Una onda Aerosmith-Led Zeppelin", dice el padre, al tiempo que agrega: "Su recuperación es el mejor disco que yo puede haber hecho".
Después de aquellos años de retraimiento, Zeta empezó a asomar su calva. Primero como director artístico de Sony. Después como líder de Proyecto Under, un espacio comunitario de bandas nuevas ("un antecedente de MySpace, quizás") que naufragó antes de lo previsto. "Sucumbió como una banda, por problemas internos. Entregué el sitio y me quedé con el sello", dice hablando de Alerta, la marca independiente que hoy mantiene con su socio Marcelo Carballar y donde se permiten hasta editar bandas internacionales como Monkey Business, The Pinker Tones y Gogol Bordello.
Entre la tele y el sello, también conduce un programa de radio Keep Rockin (sábados de 18 a 20 en Rock&Pop) y le pone muchas fichas a su incipiente rol de DJ. "Ya nadie lo recuerda, pero con Soda hicimos un remix de Sobredosis de TV y Nada Personal... ¡cortando cinta! No había sampler ni nada. Grabábamos un bombo varias veces y repetíamos. Se hicieron 16 mil copias y se repartieron en todas las discotecas. Hoy no están en ningún lado", dice a modo de antecedente mientras relojea los horarios que dos días más tarde lo tendrán tocando dos noches en Ibiza.
-¿Por qué, salvo la experiencia de Catupecu Machu, nunca volviste a integrarte a una banda?
-En aquel momento, después de la separación, se me hacía cuesta arriba. Había bandas que estaban peleándola, construyendo un lugar al que si yo me sumaba, habría pasado a ser "la banda de Zeta Bosio". Es muy difícil ir en contra de lo que sos.
-Pero con los Catupecu estuvo todo bien...¿o no?
-Me sentí cómodo musicalmente. Es una banda armada, con su propio sistema de valores. Una manada muy fuerte. Y me adoptaron como a uno más. Con Fernando tengo la mejor de las sensaciones. Con ellos el problema era más que nada en los objetivos, detrás del escenario: para ambas partes era difícil. Pero tengo el mejor de los recuerdos de ellos.
-¿Qué te aporta tu rol de dj?
-Encontré una suerte de motivación. Después de mucho tiempo, me topé con un contenedor creativo tan inspirador como, en un momento de mi vida, fueron los Sex Pistols o los Ramones. Me pasó cuando, por el programa, empecé a ver en vivo a Too Many Djs, a Faithless.
-Una de las sensaciones que dejó el regreso de Soda es que, por muchas razones, hoy parece imposible que un grupo se vuelva a desarrollar tal cual lo hicieron ustedes...
-Creo que para llegar a ese lugar hay que tener un gran sentido del entretenimiento. Eso es algo que se perdió. Hoy muchos grupos se quedan con el discurso político, con la ideología. Yo se los decía a las bandas del sello: tengan en cuenta que no somos ni mesías ni profetas, sino entretenedores sociales. Con las bandas con las que empecé tuve problemas de crecimiento: las agarré muy chiquitas, las hice crecer muy rápido y, como las plantas, se empezaron a quebrar.
-¿Sigue Soda?
-Estaba planteado que fuera lo que fue. Que lo hayamos podido hacer fue emocionante. Ojalá podamos volver a juntarnos muchas veces. Es una cosa muy brava volver a ser un Soda, después de 10 años de no haber diálogo. Tuvo mucho que ver Daniel Kon (manager), que fue el catalizador.
-¿Entonces?
-Esos seis meses fueron un paraguas perfecto. Quizás en algún momento recuperemos la curiosidad por hacer un disco. Pero por ahora estuvo bien. Lo que venía era: "Los Soda siguen girando sin llevar tanta gente" o "el nuevo show no es tan bueno". La mejor forma de hacerlo era como la hicimos. Después, sólo podía haber devaluación.
-¿Qué sensación te quedó de todo?
-Que Soda Stereo es algo que existe. Después de diez años no sabíamos qué iba a pasar. Ahora sabemos que funciona.