Cerati en Venezuela : Los Videos



















"La luz no deja de pulsar" Por Daniel Novoa Fotos: Annette Barriola



Todas las visitas de Gustavo Cerati a Venezuela han tenido algo que las hace únicas, distintas a sus fechas habituales en otros lugares. Ya sea porque nos regala La Ciudad de la Furia, porque cambia una cítara por una percusión africana, porque toca con toda su banda en una discoteca para 300 personas, porque habla e interactúa como en ninguna otra ciudad o porque exagera en la cantidad de chistes malos que echa entre canción y canción.


Es un ritual que cada vez que viene, se pasa uno o dos días en Morrocoy o Los Roques, que suba al Ávila o que rumbee en el local del momento, sea The Flower, La Belle Epoque o el Moulin Rouge.


Muchos tienen anécdotas de cuando rumbearon con Cerati en un antro en chacaíto... de cuando compartieron tragos en The Flower, de habérselo encontrado en Morrocoy de incógnito en alguna fecha al azar del año, sin coincidir con ninguna visita oficial al país. Otros, más afortunados tienen historias más divertidas: “Él tocó en mi casa”, diría el presidente de una conocida fundación de bandas. “Yo le presté mi guitarra para que tocase en el Teatro Mata de Coco” porque la suya se le dañó”, comentaría el cantante y guitarrista de una reconocida banda de ska venezolana.


Y es que Gustavo Cerati, siempre, desde la época de Signos (Soda Stereo), ha tenido una conexión muy especial con Venezuela.


Por eso ahora, en estos difíciles días que le ha tocado pasar al “Gus” en nuestro país, no cabe la menor duda que todo ese público, esa enorme masa de gente que a lo largo de más de 20 años ha vivido su música, la ha cantado, interpretado y se ha inspirado en ella, están más conectados que nunca con el emblemático guitarrista argentino, deseándole lo mejor y orando por él incansablemente.


Gustavo Cerati está en buenas manos, no sólo de profesionales médicos, sino también en la de sus seguidores.


¿Y mientras tanto?


Nos queda como recuerdo en Venezuela un impecable show en la Universidad Simón Bolívar.


Fueron dos horas de música que sirvieron para presentar su reciente trabajo titulado “Fuerza Natural”, disco que a muchos no convenció por completo, pero que luego de ser escuchado varias veces comienza a colarse poco a poco hasta ser totalmente comprendido.


El concierto contó con una concurrida audiencia que supo disfrutar de un variado setlist, donde si bien predominó el mencionado disco, no dejó por fuera importantes clásicos de otras épocas, incluyendo una perla del disco debut de Soda Stereo, una increíble versión de “Trátame Suavemente” que le aguó el guarapo a más de uno.


Tampoco faltaron los respectivos chistes y comentarios sobre las inmensas mariposas que revoloteaban en el escenario.


Nos queda ese último recuerdo… por ahora…


Las 24 canciones que nos dio:


1. Fuerza natural

2. Magia

3. Deja Vu

4. Desastre

5. Amor sin rodeos

6. Tracción a sangre

7. Cactus

8. Perdonar es divino

9. Uno entre 1000

10. Artefacto

11. Rapto

12. Dominó

13. Sal

14. Trátame suavemente

15. He visto a Lucy

16. A merced

17. Pulsar

18. Te llevo para que me lleves

19. Marea de Venus

20. Paseo Inmoral

21. Vivo

22. La excepción

23. Crimen

24. Lago en el Cielo

Gustavo y los nuestros Por: José Urriola



El sentimiento de un fanático en relación a la situación de Gustavo Cerati porque "algún día volveremos a escucharlo juntos, donde sea"

Sí, lo confieso, a mí el Fuerza Natural, el último disco de Cerati, nunca me gustó. Me pareció un disco regular, una cosa campestre con nostalgia de viejo roquero al que ya le pesa colgarse la guitarra y le aturden los amplificadores; el disco de un músico al que le va creciendo la panza, se le va poniendo la cabeza cana y comienza a mirar más hacia atrás que hacia el frente, como una pequeña traición que sólo a él se la podíamos permitir, porque hacia el frente miraba siempre. Hacia allí nos llevaba para que lo lleváramos.

Compramos el boleto para el concierto del sábado, ése que sería en el campo de fútbol de la Universidad Simón Bolívar, sin muchas expectativas, casi como un ritual; porque si viene Cerati: uno tiene que verlo. Es como un familiar que vive afuera y que viene cada cuanto y entonces tácitamente se organiza una reunioncita para verlo. Para vernos

Tenemos 20 años recibiendo a Gustavo. Hemos envejecido con él, nos ha crecido la panza con él, se lo hemos puesto a sonar a nuestras madres, hermanos, amigos, enemigos, novias, hijos, exmujeres, perros, tortugas. Porque el peor disco de Cerati es mejor, con distancia, que el mejor disco del 95% de las bandas que suenan por allí. Así que había que ir, aunque fuera para decir: ya este pana no es el mismo. Está viejo. Estamos viejos todos.

Pero Cerati se ha lanzado el concierto de su vida. Se mandó un camión de música, el mejor as que tenía escondido bajo la manga, una cosa impecable, memorable, masiva y maciza, y además en dos entregas: la etapa negra y la blanca.

La negra estuvo potente, pero la blanca no tuvo nombre. En la blanca fue cuando se me ocurrió comentarle a Claire y a mis amigos: “Siento que se está despidiendo de nosotros; esto me huele a última vez”. Y me miraron con cara de “pero qué cosas dices, cállate, no seas pavoso y déjanos disfrutar el concierto”. No sé, será porque yo no me sé despedir y por eso he desarrollado un olfato especial para percibir cuándo los otros sí. Se despiden aunque no estén conscientes de ello, aunque no lo sepan.

Gustavo siempre nos ha dejado un comentario para la posteridad, una perla con matiz porteño (a medio camino entre la afectación, la poesía y el chiste), siempre ha abierto la boca en sus conciertos para dejar una frase memorable sembrada en el imaginario colectivo de los presentes: “El poliedro esta noche… parece… parece un paralelepípedo”. O, una vez, señalando a un muñeco inflable de esos que dice cosas como “Duracell” y mueve la cabeza y las extremidades gracias a un tubo que les dispara aire caliente por dentro, comentó: “¡Qué bien, mira cómo baila el flaco!”. O cuando vino un diciembre hace poco, a razón de la vuelta de Soda Stereo, y comentó: “Es primera vez que venimos a Caracas y hace fresco… es como el calentamiento global… pero al revés”.

Cerati esa noche del sábado pasado sonó como nunca, habló como nunca, bebía de su trago infinito y brindaba: “Salud, por un mundo destruido”. Estuvo simpático y ocurrente. Un bicho de esos nocturnos que vuela hacia la luz se le incrustó en su afro a mitad de una canción: “Se me metió una langosta en la cabeza, bueno al menos ya hay algo allí dentro”. Y al ver que el concierto pasaba de dos horas y nadie se iba: “Es noche de sábado, ¿acaso no tienen nada mejor qué hacer?”

No, Gustavo, la verdad no había nada mejor qué hacer. Son pocas las oportunidades en la vida en que uno dice “me quedaría en este instante un ratísimo más”. Y si vives en esta Caracas de hoy, pues menos aún. Además te habías traído a esa corista, Gustavo, Dios mío, gracias por la corista.

Al día siguiente la noticia estaba por todas partes, Cerati había sufrido un ACV, tenía parte de la cara paralizada, problemas para hablar, esa misma noche lo habían llevado a la clínica, estaría de reposo y en estado delicado por unos días.

Y es inevitable sentir, al menos para mí, que está hospitalizado uno de los nuestros. Que ese tipo es un amigo que ha ido a la playa con uno, que se ha calado tus despechos, que te ha acompañado en las borracheras, en las euforias, que con él estuviste en el colegio y en la universidad y que cuando comprobaste que a ella le gustaba más Cerati que Luis Miguel dijiste “coño, entonces sí que vamos en serio con esta flaca”.

Es inevitable pensar que creciste escuchando a Cerati, citando a Cerati, que hay tantos Ceratis como varios tú ha habido en tu vida. Recuerdas quién eras cuando el Signos, recuerdas con quién estabas en Canción Animal, recuerdas aquel día que te pasó aquello, qué fuerte, cuando sonaba el Dynamo.

Cerati estuvo contigo en el verano, en el invierno, en el banquito aquel durante el otoño, pero también en la Gran Sabana, en Mérida, en Barcelona, en la cola aquella del día que casi mueres tapiado en la autopista. Hay amigos que se te fueron pero que siempre están cuando suena el Amor Amarillo, siempre vuelven a estar y siempre aparecen y siempre les dices: “coño, qué risa, qué bueno estuvo, algún día volveremos a escucharlo juntos, donde sea”.

Cerati es parte del soundtrack, es parte del escenario, es parte del guión, es un actor de reparto que siempre ha estado allí en un costado del encuadre y que, a veces, más de una vez, ha sido también protagonista. Menos mal.

Ese narizón, lo diré con absoluto desparpajo y con toda desvergüenza, se me antoja mejor poeta que mucho poeta oficial con P mayúscula que uno debería leerse según dicta el canon. Ese flaco es mejor narrador que la gran mayoría de escritores que uno encuentra en una librería de Caracas (sobre todo los foráneos). Ese narizón hace cómics con su música. Hace cine con su música. Pinta cuadros con su música. A quien le gusta Cerati sabe exactamente a qué me refiero.

En un mundo superpoblado de Davides Bisbales, de Ricardos Montaneres, de Olgas Tañones y de reguetoneros de toda calaña (ojo: no hay por qué hacer reguetón para ser reguetonero) Gustavo es un oasis, un bálsamo, la luz noble al final del túnel. Es, en la música, el portador de ese placer indescriptible que uno tiene cuando lee a Bioy Casares o a Cortázar y dices “pana, qué grandes que son estos tipos y en tu propio idioma”. Gustavo es, por fin, uno de los nuestros. Y vaya que quedan poquísimos

Así que nos haces el favor, Gustavo, te recuperas del todo, abandonas esa cama y agarras tu guitarra y vas a hacer un disco aún peor que el Fuerza Natural. Porque la verdad es que prefiero mil veces hablar sobre cómo la has cagado y sobre lo viejo que estás (que estamos todos) y que ojalá el bajón sea pasajero para que el próximo disco vuelvas a ser sublime (porque siempre habrá otro disco y siempre tienes que venir para volverte a ver como todos los años), lo prefiero mil millones antes que sentir esta profunda tristeza de tan solo pensar que realmente te estabas despidiendo en el mejor concierto que este país haya visto jamás. Lo sentimos pero no te aceptamos el adiós, Gustavo. No te irás, te quedas aquí.

Declaraciones de Charly Alberti sobre el estado de salud de Gustavo Cerati

Estado de salud de Gustavo ACTUALIZACION 19/05

Como es de público conocimiento, ayer, martes 18 de Mayo, el cuadro descripto inicialmente por los médicos como una isquemia cerebral transitoria, sufrió un imprevisto agravamiento. Gustavo fue intervenido quirúrgicamente de urgencia en el Centro Médico La Trinidad de la ciudad de Caracas con el objeto de aliviar la presión intracraneal generada por la inflamación en la zona afectada de su cerebro.

Actualmente se encuentra en terapia intensiva, bajo un estado de coma inducido.
Ante la complejidad de la información médica en cuestión entendemos que de ahora en más, resulta pertinente atenerse a los partes médicos que diariamente irá ofreciendo desde Caracas el equipo que lo está atendiendo.

Por otra parte, a pedido de la familia, el director del instituto Fleni de Buenos Aires, doctor Ramón Leiguarda, está en contacto permanente con los médicos venezolanos y se prevé su inminente viaje a Caracas.

Una vez más, gracias por la preocupación y por los mensajes.

Médicos confirman que Cerati sufrió un ACV y se mantiene en estado crítico

El director del Centro Médico Docente La Trinidad, doctor Adolfredo Sáez, indicó que el cantante argentino Gustavo Cerati se encuentra en terapia intensiva, en estado crítico, luego de la operación realizada para liberar presión luego de la inflamación generada por la zona cerebral afectada.

"En este momento es muy prematuro evaluar la secuela, para eso son las 72 horas", dijo.

Sin embargo, agregó que se mantiene estable. Reiteró que llegó al centro médico con un edema cerebral, el cual se complicó y ameritó la operación aprobada por una hermana del músico.

“Es muy prematuro evaluar las secuelas que pueda quedar luego de este tipo de lesiones”, afirmó.

El médico tratante de Cerati desde que sufrió el accidente el sábado, Vladimir Fuenmayor, indicó que el ex cantante de Soda Stereo sufrió un Accidente Cerebro Vascular Isquémico.

“La evolución lamentablemente hizo un proceso que puede suceder en algunos pacientes que es el edema cerebral (…) que es lo que propició la operación”, dijo.
Agregó que continuarán tratando al cantante a pesar de la visita del grupo médicos proveniente de Argentina que visitará el país próximamente.

Reiteró que persiste el "estado estacionario" y señaló que es "temerario" hablar de las secuelas. “Esto se maneja en término de tendencia”, dijo.

http://www.globovision.com/news.php?nid=149468

Declaraciones de médicos caso Cerati

Informe de Evenpro

Evenpro informa que fue necesario hacer una intervencion quirurgica de descompresión a Cerati por una isquemia en el cerebro. En estos momentos se encuentra en terapia intensiva en observación y se espera hasta dentro de 72 horas a su reacción

Estado de salud de Gustavo

Ante las distintas versiones que han comenzado a circular acerca del estado de salud de Gustavo, es nuestra intención acercar la versión oficial, actualizada, de la situación. Lo que Gustavo ha sufrido como consecuencia de una fuerte subida de presión arterial, es una isquemia transitoria cerebral. Se encuentra internado, en estado estacionario, en el Centro Médico La Trinidad de la ciudad de Caracas, y allí continuará durante los próximos días, bajo observación, sometido a distinto tipo de exámenes y a la espera de su recuperación.

Esta es, en síntesis, la única información certera que podemos dar hasta el momento. En la medida en que los médicos que atienden a Gustavo consideren que existen novedades de importancia sobre su evolución, las iremos dando a conocer.

Gracias a todos por su preocupación y mensajes.

Gustavo Cerati: “Con Soda cerré las heridas”




Que ya no vuelve Soda. Que seguramente hará algo con Andrés Calamaro en el futuro. Que
aunque hoy se haya impuesto la moda del rock barrial (la del “artista que supuestamente pertenece a las márgenes de la sociedad”), para él lo importante es “hacer música para evolucionar”. Eso y más dijo, en charla con Estilo, el hombre que soltará su “Fuerza Natural” el 12 de abril en el auditorio Ángel Bustelo.

domingo, 04 de abril de 2010

Afuera, humedad, algo de sol. Afuera, Buenos Aires. A las cinco de la tarde, Gustavo Cerati llega a su búnker de buen humor (“es raro que no sea así”, dice una de sus colaboradoras). Unísono es el estudio de grabación, la oficina, el refugio del artista que usó su cabeza como un revólver y disparó en los '80 una banda que se llama (llamaba) Soda Stereo. Se hunde en el sillón del living; está rodeado por los trofeos de caza: discos de oro y platino; Grammys; lenguas de MTV; Gaviotas del Festival de Viña; Konex. Desde la profundidad de su sofá, suelta a través del teléfono una bocanada: “Mendoza es un lugar obligado: hay que ir a tocar allí; imposible de obviar. ¡Cantidad de años tocando en esa provincia! Desde Soda, pasando por los '11 episodios sinfónicos' y 'Ahí vamos', definitivamente es un lugar que me gusta”. Repasa: el 12 de abril se presentará en el Auditorio Bustelo (¿habrá una segunda función?; ver aparte). Trae las canciones campestres de “Fuerza natural”, el muy elogiado disco que lo puso de nuevo en el centro de su carrera solista tras la pirotecnia de la gira de Soda Stereo en 2007. -En los viajes, ¿te recluís en el hotel o hacés turismo por las provincias? -Salvo que esté arruinado, por alguna razón, no me gusta quedarme en el hotel. Emprendo paseos y siempre sale algo: lo de las bodegas es una fija. Me agarra una especie de claustrofobia en el hotel... Bah, ¡en todos lados! -¿Sabías que Santaolalla quería invitarte para su show de Bajofondo en la Fiesta de la Vendimia? -Varias veces me ha dicho que quiere que toque con él, pero no se ha concretado. Es que cada uno está en su mundo. Santaolalla además está con el tema de la bodega en Mendoza, ¿no es verdad?... Pero no me enteré nada de la Vendimia. Siempre está flotando la posibilidad. Cuando me lo encuentro me dice: “Tenés que venir a algún show”. Y yo le digo: “¡Y dale invitame! Tampoco voy a caer así de improviso” (ríe). -Ahora que vas a empezar una gran gira, ¿qué te estimula y qué te bajonea de viajar tanto? -Bajonear nada, porque adoro tocar, más que nada porque ya sé manejar los lapsos. No me voy más de un mes, porque sé que ése es mi límite; así que voy y vuelvo. No tengo nada para quejarme. Disfruto mucho de la banda; somos todos muy amigos lo cual hace que las cosas funcionen fuera y dentro del escenario. Alguna vez pensé que me iba a cansar de esto... ¡Pero la verdad es que no me pasa! -¿Qué quisiste contar en “Fuerza Natural” que no estuviese dicho en tus discos anteriores? -Lo primero que me planteé fue salir de la temática de las relaciones. Siempre, en mis canciones, como que había una segunda persona que parecía cotejar todo lo que escribía. Con “Fuerza natural” me conecté con cosas más amplias; la sensación de estar en relación con algo muy power, como la naturaleza. De hecho, mirá ahora las cosas que pasan con eso (se refiere al terremoto de Chile). Sentir esa pertenencia con el ambiente; la escribí en una situación más rural. Fue decir: “Mirá todo lo que tengo alrededor”. También me sedujo la idea de generar una obra más entera. -¿Se te metió el paisaje en el disco? Compusiste la mayoría de las canciones en una chacra de José Ignacio, Uruguay. -Sí, fue una decisión. Uno puede estar al lado del mar y decidir no escribir sobre eso. Creo que me puse descriptivo. Cuando pase el temblor El año comenzó movido para Cerati. El festival “Argentina abraza a Chile”, que lo tuvo como gran protagonista e ideólogo, marcó el regreso del guitarrista a los shows de multitudes. -¿Cuándo fue el momento íntimo que decidiste hacer algo por Chile? -He vivido un tiempo en Santiago. Mis hijos nacieron allá y está la cosa familiar de la pertenencia de ellos; aunque son más argentinos que chilenos. Tengo mucha relación con Chile. Es decir, cuando supe la noticia del terremoto me golpeó fuerte. Realmente me golpeó. Aproveché el sistema de Twitter (yo tengo muchos seguidores) y en vez de decir las boludeces de siempre (“toco tal día” o “tal otro”), que es lo clásico que uno hace, aproveché para direccionar algunos datos útiles sobre la catástrofe. Fue impresionante lo que pasó con eso. Se disparó en miles de personas que buscaban a otros, se replicaron teléfonos de importancia. A través de ese mismo canal surgió la idea del Festival que se organizó en dos o tres días. -Desde arriba del escenario, ¿qué fue lo que más te sorprendió del festival solidario? -Cuando ocurrió lo de Chile, mucha gente mezcló sopa con vino y dijo: “¿Cómo vamos a ayudar a ese país después de lo que hicieron durante la Guerra de Malvinas?” y giladas como ésas. Pero la verdad es que me impresionó mucho el resultado del festival. Fue increíble: muchas banderas chilenas llevadas por argentinos, lo que me dio mucho orgullo. Parecía que estaba tocando en Santiago. Además, hubo muchas más donaciones que gente. Sin palabras. -Fue simbólico también. Se dejaron las rivalidades de lado... -Los gobiernos distancian, así como también las naturales rivalidades entre países. Pero cuando las papas queman aparecen corazones muy grandes. Mucha gente se sintió tocada sin siquiera tener relación de pertenencia con el pueblo chileno como por ejemplo la que yo tengo. -¿Qué tal compartir escenario con Calamaro? ¿Por qué eligieron “Trátame suavemente” y “Crimen”? -Fue muy bueno. Andrés me llamó diciéndome que quería hacer algo conmigo, que quería participar de este “Argentina abraza a Chile”. Me dijo que quería cantar “Trátame suavemente”. Así que inmediatamente la ensayamos y después surgió naturalmente “Crimen”. -Ustedes se conocen desde muy chicos; aparece un “Proyecto Erekto” en tu currículum, junto a Calamaro, aún antes de Soda. ¿Andrés podría haber sido un cuarto integrante de la banda? -Antes que Soda fuera un grupo, Andrés era como parte de la sigla. Estábamos armando algo juntos que se llamaba Proyecto Erekto. Después él se fue con los Abuelos de la Nada y nosotros con Zeta armamos Soda Stereo. ¡De esa época lo conozco! Es alguien al que quiero mucho y quedamos en hacer algo juntos en un futuro… -¿En aquellos 80, sospechabas que el rock nacional devendría en lo que es hoy? Se ha criticado mucho la futbolización del rock barrial argentino… -Es parcializar mucho. Una cosa es lo que se ve o lo que el marketing quiere que se entienda como rock nacional y otra es lo que realmente sucede. Mucha gente hace música que no tiene nada que ver con la estética barrial, pero tal vez no se difunde tanto. Son momentos. Hoy se impuso eso del “artista” que pertenece, supuestamente, al margen de la sociedad. Después pasan situaciones como las que hemos vivido, cuando uno se da cuenta de que no es lo mismo hacer música y tratar de evolucionar con eso que hacer jingles para conformar a tu barrio. Cerati toma aire. Y resopla un par de segundos después: “Pero ojo, yo también soy de un barrio, de Villa Urquiza. La gente cree que yo vengo de Barrio Norte, pero no. Tuve mi formación musical en barrios característicos donde nacieron un montón de bandas, así que nunca entendí del todo eso del rock barrial”. -Se habla mucho de futbolización en tanto que intolerancia. River-Boca. Cerati-Indio Solari. -El hecho de que a alguien le guste una banda y que eso lo ponga en una posición antagónica a otra es una gran pelotudez. Sobre todo porque estamos hablando de música. No sincronizo con eso. Igualmente, como yo soy cero futbolero creo que no entiendo del todo lo de la futbolización. Sé que hay intolerancia en muchos niveles. Vivimos años muy jodidos, con gobiernos que ayudaron a que la gente se lobotomizara culturalmente. Esta especie de globalización peligrosa que se planteó en los 90 trajo como resultado una resaltación de valores que no son precisamente los mejores, como el chauvinismo. “Argentina, Argentina” como grito, cuando realmente Argentina es otra cosa. Tomárselo con Soda -Vos sabés cada vez que empezás una entrevista que ésta no terminará hasta que te pregunten si vuelve o no vuelve Soda... -(Se lo toma con onda, y ríe) No va a ocurrir. Bueno, decir jamás, no sé; porque podría ser usado en mi contra. Pero creo que cumplimos realmente la etapa. Se cerró de la mejor manera todo. No le veo ningún sentido a hacerlo nuevamente. Lo casi seguro es que nunca volveremos con Soda. Si lo nuestro hubiera sido algo tímido (se refiere al cierre de la gira “Me verás volver”), todavía. Pero la verdad es que los últimos conciertos fueron increíbles: saltaron los fusibles, cerré todo lo que había quedado abierto como herida y ya está. Hay que dar vuelta la página. -¿Te jode hablar de Soda? -No, pero no puedo decir nada más. Cuando nos separamos por primera vez, el “no” mío tenía que ver con no volver a vivir la situación Soda. Con escapar de algo. Pero este “no” es diferente, tiene que ver con algo más profundo: ya está. Lo hicimos y bien. -¿Y qué redescubriste de Soda en la última gira? ¿En algún momento te sentiste turista de tu propia banda? -Tomé realmente conciencia de lo enorme que significa Soda para mucha gente. Nunca supusimos que sería tan grande la respuesta. Fue la primera sensación potente. Eso se contrarresta con la idea natural de que estábamos acá, los tres, ensayando, todo muy cercano, muy íntimo. Era mi banda, de vuelta. Los únicos que sabemos bien cómo funciona Soda somos nosotros tres. Y ahí estábamos, como si nada hubiese pasado.

Dos Notas sobre Zeta Bosio



Zeta Bosio: "La música electrónica tiene la actitud que tenía el rock en los 70"

    "Siento que la música electrónica hoy tiene la actitud que tenía el rock en los 70, de ruptura o de choque, algo punk", explicó este músico devenido DJ que busca abrirse paso en la escena bailable a nivel mundial. En ese sentido, Bosio consideró que las nuevas tecnologías permitieron que fuera mucho más fácil esa vieja máxima punk del "hacelo vos mismo" y ayudaron a que surgieran nuevos canales de difusión de la música. "La electrónica reúne a una gran cantidad de chicos alrededor de una compu como lugar de trabajo. Hacen todo ahí, es como un fogón: suben discos y los transmiten por la web. La PC es un integrante más o un medio para trasladar la música. Es un muy mal momento para las compañías grandes que muchos años vivieron de las obras de los artistas y una buena época para los artistas, con una enorme autonomía de su obra", indicó. El bajista indicó además que ya tiene una buena cantidad de material nuevo grabada, pero que la irá dando a conocer de forma paulatina a través de Internet. "Tengo doce temas ya terminados, los iré soltando de a dos o tres por vez, desde principios de junio o julio", reveló. Además, Bossio informó que el 28 de marzo comenzará por Sony Entertainment Television la nueva temporada de "Rock Road", el ciclo con el debutó como conductor y productor televisivo. "La grabamos el año pasado y vamos por la sexta temporada, ya parecemos 'Lost', esperemos que no sea la última (risas). Gracias a estar en una cadena televisiva más grande nos acreditaron a festivales más fuertes como Glanstonbury, la madre de todos los festivales; cubrimos el regreso de Blur; entrevistamos a Lily Allen en Dinamarca; grabamos un festival en la Bretaña francesa con Lenny Kravitz y Bruce Springteen; hablamos con Moby… Fue una muy buena cosecha", adelantó.

Zeta Bosio: “El bajo por ahora está en el ropero”

    La vida artístisca de Zeta Bosio tal vez sea más fácil ahora que cuando estaba en Soda Stereo. Por estos días, su equipaje es un tanto más liviano y las decisiónes las toma el sólo. Feliz por como lo trata el público desde que se convirtió en DJ y entusiamado con su proyectos solista, Bosio llegará el sábado 13 a nuestra provincia para ser parte de la Vendimia Gay que se realizará en el auditorio Ángel Bustelo. “Me encanta esta faceta, es la posibilidad de hacer algo en la lógica solista que me lleva a lugares mucho más lindos que lo que te lleva una banda. Me he reinventado y lo estoy disfrutando mucho”, dice en com unicación telefónica desde Buenos Aires. Su faceta de DJ es una de las tantas actividades que Zeta mantiene tras la separación de Soda. El sello Alerta Discos y su productora, con la que prepara una nueva temporada del programa Rock Road, son cosas que lo mantienen enérgico. En Soda había una influencia de la electrónica. De hecho, hice una remezcla De música ligera y estoy armando una nueva de Signos”, cuenta el músico.

    ¿Nos podés adelantar cómo será la presentación en la Vendimia Gay? –Tengo mucha excitación. Por lo que me cuentan es una fiesta muy importante, una de las más importantes del mundo, adonde viene gente de muchos países. Voy a preparar lo mejor de mi música para que todos se diviertan mucho esa noche. –¿Cómo será el set? –Muy divertido. Voy a ir con un par de amigos (risas). En realidad voy con mi novia y un grupo de amigos. Llevo imágenes para proyectar, pero no hay nada con qué competir en las súper producciones que hace el Grupo UNO. Aunque va a ser muy parecido a lo que presenté en Chile antes del terremoto. Creo que he encontrado los temas que a la gente le gustan. En Chile estuve animando cinco fechas la semana anterior a la catástrofe. Una fiesta privada en el restorán C de Vitacura. Al otro día partí a Viña, al Enjoy. También estuve en Santiago para protagonizar la glamorosa Fiesta Sin Valentín en el Hotel W, una fiesta muy particular, porque era para aquellos que no podían festejar San Valentín porque no tienen pareja. La minigira terminó en Antofagasta. Cuando pase el temblor –Mendoza es una zona sísmica, ¿te da miedo venir aquí por tal motivo? –En Chile viví una experiencia muy divertida. Ahora la situación ha cambiado completamente y no creo que dé para hacer ninguna fiesta. Ojalá el pueblo chileno se recupere pronto. Y la verdad que no me da miedo, pero por las dudas voy a pedir que me alojen en una habitación en planta baja (risas). –¿Viviste alguna vez un terremoto? –En 1987, sufrí un temblor de 6.1 en Los Ángeles. Fue a las 7 de la mañana, en ese entonces estaba con mi anterior pareja y había ido a realizar un mastering, por lo que tuve que quedarme 45 días. Entré en pánico y durante algún tiempo me costaba subir a pisos altos sin sentir miedo. En el momento que sufrí ese sismo estaba en el baño y literalmente tuve que salir cagando (risas). En el placard –Volviendo a tu vida artística, ¿dónde quedó el Zeta bajista? –En el ropero (risas). El bajo en la música electrónica es un isntrumento muy importante, al igual que la batería. Ahora estoy componiendo y armando todo yo solo, por eso te digo que está un poco relegado. –¿Seguís con la discográfica Alerta Discos? –La estoy reestructurando y eso me está llevando tiempo, porque es un proyecto muy mío. Pero ahora estoy muy contento grabando el disco de la banda de mi hijo, que se llama Armant, y me tiene baboso. El grupo tiene mucho espíritu de los ’70, es una fusión muy linda y esperamos lanzar la placa en un mes. La banda la integran todos chicos de 18 años. –Y tu disco solista, ¿para cuándo? –Estoy trabajando mucho en mi set de DJ y componiendo, pero es difícil sacar un disco de música electrónica si no tenés unos cuantos hits. –Una pregunta obligada que te la harán todo el tiempo: ¿posibilidades de emprender algún nuevo proyecto con Soda Stereo? –En mi universo siempre existen las posibilidades y las ganas de seguir haciendo cosas con Soda Stereo, pero está muy lejos la posibilidad de que esto se pueda hacer realidad.

Gustavo Cerati: Rosario


    Set List:

    1. Fuerza Natural
    2. Magia
    3. Déjà vu
    4. Desastre
    5. Amor sin Rodeos
    6. Tracción a Sangre
    7. Perdonar es Divino
    8. Uno entre mil
    9. Artefacto
    10. Rapto
    11. Dominó
    12. Sal
    13. Camuflaje
    14. He visto a Lucy
    15. A merced
    16. Río Babel
    17. Te llevo para que me lleves
    18. Pulsar
    19. Marea de Venus
    20. Sudestada
    21. La Excepción
    22. Crimen
    23. Lago en el Cielo

    En un Salón Metropolitano repleto, lugar que él mismo inauguró dos años atrás, Gustavo Cerati sacudió Rosario este sábado a la noche con la presentación de su último disco, Fuerza Natural. Entre halagos a las mujeres rosarinas y un una lesión en un brazo, el ex Soda Stereo mechó temas de su carrera como solista con los de la nueva placa, aunque, raramente, no interpretó ninguna canción del mítico trío que supo liderar.

    Por espacio de más de dos horas, bajo un juego de luces impecable y de un humor mejor que el habitual, Cerati repasó casi todos sus últimos temas, prácticamente en el orden que los ubicó en el álbum. Abrió con el tema “Fuerza Natural” y, jugando con ese nombre, hizo mención –aunque breve– al reciente devastador terremoto de Chile, motivo que además lo tuvo como protagonista días atrás en el show a beneficio que compartió con otros artistas en Buenos Aires.

    En medio del repertorio, el ex Soda parafraseó a Fito Páez con la ya célebre frase "Rosario siempre estuvo cerca". Se disculpó por otra parte por un problema en un brazo que le impidió desarrollar sus movimientos al máximo sobre el escenario, aunque el inconveniente nada opacó el desarrollo de cada canción. Curiosamente, ninguna de Soda a lo largo de todo el show.

    Sí dejó un espacio para “Marea de Venus”, un viejo tema que compuso alguna vez dedicado a las mujeres, con lo que aprovechó para elogiar las bondades de las rosarinas.

    En el único impass –de sólo diez minutos–, Cerati cambió su atuendo de negro a blanco, aunque, paradójicamente, reabrió con el tema “Crimen”, éxito de su anterior trabajo Ahí vamos. Y luego de seguir desplegando su quinto y reciente álbum, el cierre fue con “Lago en el cielo”, también de Ahí vamos.

    Con la puesta de Martín Phillips –el mismo que se encargó de la impactante escenografía de la gira final de Soda Stereo–, el diseño de vestuario de Manu Morales, el sonido de Adrián Taverna y las visuales en vivo de Nicolás Bernaudo, Gustavo Cerati impactó una vez más en la ciudad.

    En el 2009, el músico dio inicio a la presentación de Fuerza Natural. Con gran éxito en países como México, Chile y Uruguay, ante más de 55 mil personas, Cerati interpretó canciones de su último disco, como "Deja Vu", "Rapto" –nuevo corte de difusión– y "Tracción a sangre", que hicieron vibrar a la audiencia también en Rosario.