Lloré cuando murió Michael Jackson"


El ex Soda Stereo lanza "Fuerza natural", una nueva demostración de su lumínico estado a los 50 años. "Tengo mucho que dar", dice con juvenil tono este Dorian Gray latino, porque sabe que pocos ídolos del pop llegan sanos y salvos a esa edad. Acá llora a Michael Jackson y explica su actual y sabia calma musical. Es Cerati en modelo clásico.

Las señales son inequívocas. Las nubes de tormenta se ciernen sobre Buenos Aires. Es lunes, cerca de medianoche y este es el lanzamiento del disco "Fuerza natural", de Gustavo Cerati, en el exclusivo club Beluchi, en Palermo. El salón privado del lugar está repleto de amigos y colaboradores del argentino que bailan y derrochan alegría, pero lo que suena y se oye por los altoparlantes ahora mismo no es ninguno de los catorce contundentes cortes que contiene este quinto álbum solista del ex Soda Stereo. Gustavo Cerati, de gafas oscuras y vestido de impecable negro está pinchando desde el púlpito de DJ un clásico de Michael Jackson.

Todos bailan con "Black & White". Está alegre Cerati mientras la voz del hombre que murió a la misma edad que ahora tiene este casual DJ cruza la pista de baile como un fantasma. "But, If you're thinkin' about my baby, it don't matter if you're black or white" resuena en el aire y el mensaje subliminal es más explícito que nunca. Con medio siglo de vida, el músico argentino ha sobrevivido las egomanías y toxinas del casi siempre mortal oficio de rockstar.

Gustavo Cerati, quien no aparenta más de 35 años y habla detrás de una envolvente bocanada, dice que pasa por un momento de plenitudes. Nada de tormentos ni tormentas por mucho que el título de su disco aluda a la "Fuerza natural".

Con felicidad genuina ríe cuando recuerda cómo pasó su cumpleaños número cincuenta, entre otros, con su hijo Benito Cerati Amenábar, de 15 años y uno de los frutos de su relación con la chilena Cecilia Amenábar. Su otra hija es Lisa. "Benito es un ser muy especial. Yo no soy amigo de los regalos y esas cosas, pero vino, me acompañó e hicimos una re linda fiesta. Ese fue el mejor regalo que me hizo". Y hay más: En este quinto trabajo personal que es menos estruendoso y rockero que "Ahí vamos", su disco de 2006, su hijo también tuvo algo que ver (ver recuadro).

PURA NATURALEZA. "Fuerza natural" es una especie de viaje en frecuencia introspectiva, tranquila y sensual a la que no le faltan el rasgueo de guitarras y rock de "Déjà-vu" ("Mirá el reloj, se derritió/Rebobinando hacia delante te alcanzo"), "Rapto" ("Nena, no te suelto más/Cierro el puño/ Tal vez, para no ver mi mano vacía") y la frenética "Dominó" ("Todo cae por su propio peso, nena"). Pero la idea que manda en este itinerante disco es la calma y una decantada sabiduría de un padre y artista de cincuenta años que ha masticado y digerido el vértigo de ser estrella, músico e ídolo.

-¿A qué hace exactamente alusión el título "Fuerza natural"?

"Mirá, sentí que era el momento de hablar de algo mucho más universal, mucho más grande. Creo que 'Ahí vamos' es un disco que tiene más que ver con las relaciones, las parejas. Este es un disco de una sustancia emocionalmente más profunda, más viajera, un poco más sicodélica y bueno estuve muy sustancialmente influido por el ambiente natural a la hora de escribir".

El corazón de este disco se avivó durante unas vacaciones en una chacra que posee en los campos de Uruguay. "Me funcionó muy bien eso de estar en contacto con la naturaleza. Uruguay es un país muy mágico, viste, es muy chiquito y lo que tiene de bueno también es que tiene un montón de lugares diferentes, energéticos (...) ves ñandúes, ves la naturaleza en toda su expresión. Después me di cuenta de que la fuerza natural es algo que uno lleva, el ser humano no está alejado de eso. Desde los momentos más oscuros a los más brillantes, estamos tratando de dominar algo que no es dominable. Es algo mucho más grande que nosotros".

-Pregunta mística: ¿con qué elemento de la naturaleza te asocias?

"Creo que estoy ligado al sol, soy Leo. Cuando yo abro mis palmas frente al sol, siento que me cargo como una pila. Y cuando pasa el tiempo y no lo hago, me apago".

-Ilumíname acá entonces ¿Cómo está tu relación con los ex Soda Stereo? ¿Calma? ¿Tormenta?

"Sí, mirá, hay cierta cosa amarilla en tratar de vender más y buscar complicaciones. Me parece un poco anacrónico que me pregunten tanto por una pelea porque ya fue hace mucho y no hubo tal pelea como se dice. La verdad es que hubo distanciamientos y las bandas se separan por muchos aspectos. Y cuando nos volvimos a juntar en 2007, me propuse, y en ese aspecto sincronizamos los tres, disfrutar a mango. Hicimos una cosa histórica, enorme, tenía que ver con lo nostálgico, pero vos podías ver a Soda Stereo en ese momento y parecía un grupo de hoy, no era un grupo de ayer tratando de rememorar. Recuperamos nuestra relación y ese es uno de los logros más interesantes. Disfrutamos el regreso y todo. Pero ahora sigo con lo mío".

LA FUERZA DE LOS 50. Gustavo habla de cómo llegó a los cincuenta años sin tener grandes escándalos ni ser la cara de la decadencia. "Jamás reniego de la edad. Disfruto mucho de haber llegado acá y de seguir", dice y subraya con una risa: "Mirá, escribo el número 50 con 's' y se lee 'sin-cuenta', ¿viste? Porque tampoco quiero seguir contando mucho, pero es lógico. Es una cuestión de vanidad porque siento que queda tanto por delante y me siento tan contento porque he llegado a esta edad con pocas frustraciones".

-A diferencia de Michael Jackson, que murió a los 50 años como un zombie. Tú celebras con su disco...

"Totalmente, este disco tiene mucho que ver con la celebración, cuando uno lo quiere mirar en el buen sentido de las cosas".

-Y me imagino que terminar como Michael Jackson no forma parte de tu itinerario de vida.

"Yo creo que Michael era un mago en un punto. Hay toda una parte en que puedo no coincidir, pero era alguien increíble".

-¿Lo admirabas?

"Claro que sí, como músico lo admiraba...Cuando murió lloré, puse su canción 'Earth song' y lloré. Porqué la verdad es una pérdida, puede haber hecho en su vida cosas con las que uno no esté de acuerdo, pero eso es lo menos importante".

Dentro de las frases que ha lanzado con el disco, Gustavo Cerati ha homenajeado la sabiduría de Charly García: "A los 50 pensé que iba a entender todo y sigo sin entender nada, tal cual lo dijo el maestro". Tips de autoayuda, puede ser, pero Cerati es directo y apasionado: "Charly es alguien que se sometió a un sistema, a una rehabilitación para poder sacarse de encima cosas que ya no podía llevar consigo. Y yo lo que quiero de él es que recupere su ser y me alegro mucho de que tenga ganas de vivir".

-Perdona que insista con la edad, pero ¿cuál es el pacto con el diablo que hiciste para lucir siempre joven?

"El diablo siempre está primero en el ranking y yo no tengo que ver con el Diablo (risas). Pero, sabés, sigo jugando y hay cierto espíritu infantil que está ahí. Capaz que los modelos musicales que tenía siempre fueron gente que tuvo que ver con una cosa de imagen y producir algo (por ejemplo, el glamoroso David Bowie).

No me gusta dejarme estar. La mayoría de la gente de mi edad está muy aburrida. El aburrimiento es algo que yo ya no me permito. No tengo demasiados años más para seguir aburriéndome. Es ridículo".

Y para no aburrirse y porque también le gusta, hace unas semanas Cerati lanzó su publicitada línea de ropa. Tiene estilo y podría ser el casual asesor de imagen de cualquier hombre mal vestido.

-Como eres un hombre de moda, ¿necesito yo un fashion emergency

"No, para nada. Llévalo con garbo, llévalo con energía positiva y chao. Qué importa. No es tan importante cómo uno se vista. Uno luce como viene de adentro, hay que dejar salir lo mejor. No siempre se puede. No te creas que yo ando siempre así, como me ves. Pero de eso se trata".

Benito: el heredero. El adolescente Benito, tal como le pasó a su padre siendo un joven inquieto de Buenos Aires, cayó ante el embrujo del rock y la música. Y por eso, instrumento que su padre da de baja, llega a las manos del chico, quien tiene incluso una banda. Y el nombre de Benito, por mérito propio, está acreditado en cuatro canciones del disco. Los temas "Fuerza natural", "Desastre", "Rapto" y "Sal". "Él escribió un montón de cosas y muchas de ellas fueron a parar a estas canciones", dice, chocho, Cerati.

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